EL
DÍA EN EL QUE CAMBIÉ DE MUÑECO
Molonidad a la máxima potencia
Desde
que recuerdo, siempre he tenido un muñeco en mis manos. Sí, ya se
que desde hace tiempo hay que llamarlos "Figuras de Acción"
pero para mí siempre serán "muñecos". Un mono con cara
de susto y unos platillos, el típico peluche, pasando por playmo...
digo por clicks (porque en mis tiempos se llamaban "clicks),
airgamboys, madelmans, geypermans. Tenía un tambor enorme de
detergente vacío para guardarlos. Cajas de galletas (de las de
antes) que servían como fuerte o base secreta de las que partían en
misiones, casi siempre suicidas, que implicaban el rescate (o a veces
el secuestro según me daba) de barbies o nancys o barriguitas de mis
hermanas, aguerridos soldados de plástico que no se detenían ante
nada, y eso que los aplastaba, quemaba, destrozaba, etc etc.
Y
luego con el cumplir de los años aparecen fig... digo muñecos de
los Masters del Universo, de las Tortugas Ninja, en fín de casi
todo. Y se supone que con ese cumplir de años se van quitando las
ganas de tenerlos porque, claro no está bien, ya se está en edad de
otras cosas... pero para mí no.
Ya
había entrado en esa etapa que llamamos pomposamente "mayoría
de edad" (lo mismo un año más) cuando a las televisiones
(concretamente a Telecinco, cuando la llamaban la "cadena
amiga") llegó todo un acontecimiento llamado "Pressing
Catch". Cuyo simple nombre nos sonaba brutal y enganchaba cosa
mala.
"Pressing
Catch" era un show de lucha libre (el wrestling que ahora se
dice y quedamos todos geniales porque parece que sabemos inglés),
que Telecinco emitía allá por los primeros años de la década de
1990. Cada mañana de sábado y domingo era casi lo único que nos
importaba a la chavalería (yo ya acaba de dejar esa palabra para
referirme a mí). Durante aproximadamente una hora o casi veíamos
unos señores enormes y bastante forzudos darse bastantes series de
guantás sobre un rin. Guantás que claro que me di cuenta que eran
digamos... "artísticas", pero que me den a mi esa muestra
de "arte" y ya diré lo real que me parecen.
Y
como todo lo que me gusta, no tardé en darme cuenta que también
había muñequitos de los luchadores. Unos muñequitos bastante
graciosos, con pinta fuertota imitando un poco (para mí eran
clavados) el estilo de los muñecos de los Masters del Universo.
Incluso tenían un golpe o ataque como éstos. Venían en un cartón
azúl o rojo con el logo bien visible de la WWF (más tarde la actual
WWE), una foto del luchador y el muñeco con algún accesorio o no,
dependiendo si el luchador usaba algo como arma o distintivo.
El
caso es que quise tener muñequitos del Pressing Catch y, en un
principio, me gustaban todos: Hulk Hogan (supongo que el favorito de
cualquiera), El Último Guerrero, que en realidad era "El
Guerrero Definitivo/Ultimate Warrior" lo que pasa es que en
traducciones no nos gana nadie, El Enterrador, etc etc.
Al
final tras varios fines de semana viendo el programa (se emitían
sábados y domingos justo antes de Humor Amarillo), tenía claro mis
dos favoritos: Roddy Piper "El Gaitero" como le llamaban en
el programa, una preciosa figura en blanco y rojo, con su falda
escocesa típica (el kilt) a cuadros y una camiseta con el lema "Hot
Rod". Y el que se convirtió en mi luchador favorito de siempre:
"The Honky Tonk Man".
De
nombre real Roy Wayne Ferris y nacido en el rockanrolero y "blusero"
estado norteamericano de Tennessee, Honky Tonk Man (voy a traducirlo
como "el hombre orquesta o algo así) tenía todo lo que se
supone que no me llamaría la atención en un luchador de wrestling:
No era muy alto (1,85), en comparación con los "superhéroes"
que triunfaban en los ring de los ochenta y noventa, No parecía muy
atlético (algo barrigón, voy a decirlo ya), no tenía una forma de
luchar muy espectacular. Pero a mí me encantaba, con su look a lo
Elvis, pero un Elvis cuando estaba ya en su recta final, con su
legendario traje de lentejuelas y capita y se pegaba sus
autohomenajes en Las Vegas, Y su eterna guitarra con la que más que
tocar, golpeaba a sus rivales. Y claro el muñeco traía la guitarra
y su golpe especial era el guitarrazo.
Con simplemente eso ya quería tener su figura como fuese. Y la busqué, vaya si la busqué por todas partes. Y nada, que si hay del Poli Loco, que si mira esta del Sargento Slaughter (popularísimo por la serie GI JOE) que mejor El Enterrador que da más miedo, mola más y encima el tío lo gana todo...
Nada, yo quería a Honky Tonk Man. Y como siempre he sido muy pesado, al final me lo encontré, pero con sorpresa.
Durante
las emisiones del Pressing Catch, Honky Tonk Man peleaba por parejas
con un inclasificable tipo llamado Greg "Martillo"
Valentine. Con mis ojos de aquella época, un tipo rechonchete,
bajito de cuello y con un tintazo rubio oxigenado en su melena. Con
la figura de Jimmy Hart como manager (quien haya visto wrestling en
los noventa lo recordará con su megáfono y sus gafas imposibles)
estos dos se presentaban como Rhythm and Blues. Y yo en cada episodio
del programa siempre quería que saliesen. Bueno, solo Honky Tonk, al
Martillo ese como si se perdía por ahí.
Decía
que al final encontré el muñeco con sorpresa porque fueron las dos
figuras, como Rhythm and Blues las que al final descubrí en un
centro comercial (que segura era el Continente) pero no quise
comprarla porque eran más caras que las individuales y porque, no se
si se notará mucho, pero yo al Valentine no lo quería ni en
pintura.
Pero
mi pena duró poco, porque no pasaron muchas semanas hasta que en un
fin de semana veraneando en Cádiz, me encontré la figura en un
bazar.
Vestido
con su ropa Elvis de azul y con su guitarra y con su "SUPERGOLPE"
como ponía en un extremo del cartón azul de la figura, fue verlo y
pillarlo (lo compré o me lo compraron, eso no lo recuerdo bien). Y
desde ese momento, programa de Pressing Catch que veía, programa con
el muñequito en la mano, saliese el luchador de verdad o no.
Cómo para decirle que no....
Y llegamos al final triste de esta historia. Recuerdo empezar el programa, no sé si era sábado o domingo, pero yo con mi muñequito siempre encima ante la mirada de puro cachondeo de mi familia (especialmente mi padre). Y de repente me veo a Honky Tonk vestido de rojo y en el ring, micro en mano y en lo que parecía que era la defensa de su título intercontinenal. Porque hay que decir que este regulero fue durante 464 días campeón intercontinental de la WWE que se dice pronto.
El
caso es que recuerdo que cambió la música que acompañaba a Honky
Tonk, el grandísimo "Cool, Cocky, Bad" (Molón. Chulo y
Malote) porque a toda velocidad y resoplando como los caballos,
apareció El Último Guerrero, que entre resoplidos, vueltas sobre el
ring, y lo que llamaba el bueno de Héctor del Mar (por ahí sigue a
lo suyo con su "un deportivo saludo") llamaba "El
baile de San Vito", agarró al pobre Honky y lo mandó a por
tabaco
Y
sólo en 31 segundos. Adiós al título intercontinental y adiós al
muñeco porque no lo estampé contra el televisor pero me faltó muy
poco.
Y
lo peor vino cuando descubri que de aquello que acababa de ver ya
había pasado hace nada más y nada menos que 3 o 4 años. Porque sí,
fue un combate "enlatado" de un Summerslam de 1988.
Osea
que yo me pasé un tiempo deseando que saliese siempre Honky Tonk Man
en el Pressing Catch de Telecinco, quería su muñeco como fuese....
Y el tío había sido derrotado en 31 segundos, perdiendo su título.
Yo seguía a un perdedor y eso no podía ser. Así que hice lo único
que se podía hacer en esos casos.
Me
pasé al Enterrador que molaba más, daba más miedo y ganaba
siempre.
Juas!! ¡Grande! Yo la lucha libre también la seguía en esa misma época, pero no era muy muy fan. Me gustaban los típicos (menos Hogan, que lo veía viejo y cansino). Muy entretenido el relato del muñeco. ¡Saludos!
ResponderEliminares que viejos había muchos. Es un "deporte" de gente que va envejeciendo y sigue por ahí. Muchas gracias y otro saludo xD
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